El próximo 14 de agosto se cumplirá un año del fatídico accidente que dejó, además de 43 fallecidos, una huella en los ingenieros. La misma que llevan predicando durante años después de la crisis financiera: el futuro consiste en preservar y mantener adecuadamente las infraestructuras existentes. Con miles de puentes, presas, carreteras o cualquier otro tipo de construcciones en el mundo, ese futuro se ha convertido en presente. Aunque para el Puente Morandi hallamos llegado tarde, el nuevo se convertirá en otra obra más que cuidar, entrando en el bucle infinito de: Diseñar – Construir – Mantener – Destruir. Y el papel de los Ingenieros de Caminos se encuentra en todas las fases pero, ¿somos capaces de demostrarlo?
En los tiempos en los que el dinero no es suficiente para todo, la seguridad de la ciudadanía pasa a un segundo plano. Cada uno de los países cuentan con cientos de obras que se quedan huérfanas, sin unos presupuestos dignos para su correcto mantenimiento. En este momento peligra no solo la estabilidad de la infraestructura, sino también la imagen de todo el equipo que la construyó. Muchas personas cuyo objetivo era facilitar, de manera duradera, el servicio al que estaban destinados. Pero claro, a los gobiernos les interesa el corto plazo. “Pan para hoy, hambre para mañana” (y que el siguiente se apañe con el problema).
Llegados a este punto, solo queda volver a empezar. Eso es, volver a construir una obra que ofrezca la misma utilidad (o la mejore). En el caso del Puente Morandi, el encargado de diseñar el futuro puente será Renzo Piano. Y como no es sorpresa, este hombre es Arquitecto, otra muestra de que los Ingenieros de Caminos no son capaces de demostrar talento en diseño e innovación. Una faceta que cada vez desgasta más la profesión, y la hace meramente metódica. La pregunta que deberíamos hacernos todos es: ¿es esto un problema de los estudios o de la vida profesional?
Y no solo pasa en los proyectos de grandes dimensiones, sino también en las pequeñas administraciones, donde no conocen los estudios de Ingeniería Civil/Obras Públicas, y otorgan las plazas en urbanismo, movilidad, espacio público y vivienda a alumnos de Arquitectura. Un problema que viene de raíz por la pasividad de los profesionales de reivindicar su labor en la Administración Pública y en los medios de comunicación. Y somos nosotros los responsables de cambiar esta situación, colocando a la Ingeniería de Caminos en el puesto que le corresponde.
