En Europa no estamos acostumbrados a observar cómo surgen inesperadamente nuevas ciudades, incluso podríamos decir que, los municipios de nuestro alrededor, empiezan a despoblarse como consecuencia de la centralización de la economía en las grandes urbes. Sin embargo, en oriente podemos encontrar una práctica muy diferente: la creación de nuevas metrópolis de la nada. La causa es la misma, la concentración de la economía en puntos concretos, sin embargo, el objetivo es diferente: mientras las nuevas desean lograr atractivos turísticos similares a los de las grandes ciudades europeas, las actuales se erigen como centro de oportunidades para aquellos que, viniendo de pequeños municipios, buscan mejorar su calidad de vida.
De primera vista parece increíble que con la actual situación de endeudamiento público que poseen los países, aún existan algunos con megaproyectos como la creación de ciudades de la nada en un período corto de tiempo. Y por si fuera poco, no basta con que sean ciudades, sino que tienen que ser la nueva referencia mundial en edificación y urbanismo…Una tarea que solo unos pocos afortunados pueden realizar, pero ya sabemos por qué. Egipto y EMA son solo unos ejemplos de la astucia que se ha esparcido por Oriente Medio, países que dependen económicamente del petróleo (por ahora). ¿De qué podrían sobrevivir en un futuro en el que el petróleo haya llegado a su fin? ¿Por qué no del turismo? ¿Por qué no de las actividades financieras?
Centrémonos un momento en ciudades europeas como Berlín, Madrid o Londres. ¿Cuál es su modo de prosperar en la economía mundial? En primer lugar, de puntos turísticos de gran interés, porque ¿quién no ha querido nunca hacerse un selfie con el muro de Berlín o con el Big Ben? Está claro que por mucha recesión que haya en esos países, el turismo es su amortiguador más importante, pero no el único que ayuda a impulsar su marcado potencial internacional. Encontramos también en estos lugares grandes centros financieros, por no hablar solo de las bolsas de valores, como el IBEX35 (Madrid), el DOW JONES (N.Y.), etc. Al fin y al cabo, el dinero que se mueve por todo el mundo depende en gran medida de los inversores, y éstos operan en estas ciudades con marcado potencial de rentabilidad.
En conclusión, crear ciudades nuevas con el objetivo de atraer turistas e inversiones no sólo es una tarea complicada a corto y largo plazo, sino que requiere de un gran esfuerzo económico que únicamente pueden afrontar naciones hoy en día con grandes fortunas, pero que en un futuro lograran eliminar una economía basada en la exportación de materias primas, para dar paso a nuevos horizontes que visitar, ¡y quién sabe si algún día viviremos en ellas!
Spectacular vision for Dubai Creek Harbour
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